Es el momento de leer cientos de resúmenes del año que termina, pero no un año cualquiera. Llega el momento de leer el resumen de un año que hará historia. En estos resúmenes, lo más probable es nos hartaremos de leer repetidamente lo difícil, lo duro, lo trágico que ha sido este año, las pérdidas, las incomodidades y miedos… ¡Y con razón! Aunque también, en los mejores casos, podremos leer algunas líneas de esperanza en que este nuevo año que viene, sea mejor.
Sin duda, todo esto es de lo más obvio, ya que desafortunada e indiscutiblemente, el 2020 ha sido un año de pérdidas. Sin embargo, cuando echo la vista atrás, también me siento agradecida. Esta experiencia ha hecho que valore enormemente el tiempo que le dedico a mi ser, a mi misma. Frecuentemente, vivimos como pollos sin cabeza, en un mundo en el que es más importante lo eficiente que eres laboralmente, los logros que consigas y el dinero que recibas a fin de mes, que el tiempo que inviertas en ti mismo y en tu autocrecimiento personal. Esta experiencia nos ha hecho, si no perder el puesto de trabajo, replantearnos la vida por si esto ocurriese y temer por ello, y eso me ha hecho ver que, el trabajo va y viene, los amigos van y vienen, las parejas van y vienen, sin embargo, nos toca vivir con nosotros mismos para toda la vida, y sorprendentemente, hay un gran número de personas para los que esto llega a suponer una ardua tarea, ya que muchos ni se soportan, ni se quieren, ni se entienden.
Mi resumen de este 2020 es que el planeta nos ha dicho ¡basta! Una generosa señal que nos hace ver que estamos haciendo las cosas mal. Podemos explicarlo con un sinfín de teorías conspiratorias, echarles la culpa a todos los países y políticos que se nos ocurran, pero eso es exactamente lo que hace que sigamos estancados en la misma grieta, enfocarnos en el problema, infundir odio y no en encontrar la solución y aprender de ello.
Hace tiempo que aseguré que había perdido la fe en la humanidad, por detalles como el odio, la ignorancia, la superficialidad (que va en crescendo por minuto), etc… No es nada fácil para una persona empática vivir en un mundo como el actual sin que esto le afecte, pero quizás también había perdido la fe en mí misma, porque no puedo excusar mi forma de vivir o mi actitud, teniendo en cuenta la actitud de los demás. Gastamos demasiado tiempo echando balones fuera, juzgando lo que otros hacen o no hacen, envenenándonos de rencor y resentimiento, buscando justicia por la actitud de los demás, cuando la justicia no existe.
¿Qué es justicia? ¿lo que es justo para él/ella es justo para ti? ¿para todos?.
Lo describiría como si tu “yo” fuera una caja vacía y la vida te ofreciera 10 fichas, las cuales representan tu energía, y emplearas esas fichas para intentar cambiar la actitud de los demás, criticar a los demás, quejarte de lo que salió mal, de lo que los otros podrían haber hecho para cambiar las cosas, y cuando mirases tu cajita, a pesar de haber repartido todas tus fichas, esta estuviera vacía, porque no has dedicado ni una de ellas a ti mismo/a. ¿Cómo construir un mundo mejor si no nos enfocamos en nosotros mismos? El tiempo y la energía que gastamos en intentar cambiar al mundo, quizás sería interesante emplearla en enfocarnos en nosotros mismos y mejorar, así como en la educación de la siguiente generación. Basta de esperar la aprobación de nadie para hacer o ser lo que queremos, basta de dejar que nos afecte la opinión o actitud externa o que nos condicione, basta de no escucharnos, de no conocernos a nosotros mismos, esta es mi proclamación para el nuevo año.
Considero que el 2020 nos ha dado la oportunidad de valorar lo que teníamos olvidado, y lo que realmente importa, tiempo para ti mismo/a y para tu familia. Por supuesto están los que no han aprendido nada, los que parece que sí, pero se les olvida tras la primera semana de normalidad, y los que, como yo, entran en un 2021 con un “reset” mental, agradeciendo la enorme lección aprendida y con la enorme esperanza de seguir creciendo.
Por un 2021 lleno de éxito, aprendizaje, salud, amor propio y evolución personal.
